En Venezuela, cada 20 de agosto se celebra el Día Nacional del Bombero
En 1972 se realizó el Primer Congreso Bolivariano de Bomberos en Maracaibo, estado Zulia, actividad en la cual se dieron cita representantes de estos organismos de las cinco naciones liberadas por Simón Bolívar
Cada 20 de agosto en Venezuela celebra el Día Nacional del Bombero en
reconocimiento a los hombres
y mujeres de azul, que cada día trabajan para salvaguardar la vida y los
bienes de la población, ante el riesgo de incendios o cualquier otro evento
de carácter natural o social.
La fecha se
conmemora dado que en 1972 se realizó el Primer Congreso Bolivariano de Bomberos en
Maracaibo, estado
Zulia, actividad en la cual se dieron cita representantes de
estos organismos de las cinco naciones liberadas por SimónBolívar.
En
este encuentro hubo una primera petición para que se cambiara la fecha del día
de los bomberos para el 20 de agosto, dada la magnitud de esta convocatoria.
Posteriormente,
el primer comandante del Cuerpo
de Bomberos del Distrito Federal de la época, Luis Montes Meinhardt, trajo
a colación la solicitud que hicieran en aquella reunión de países bolivarianos,
e instó al Concejo
Municipal de Caracas que el 20 de agosto se declarara
oficialmente como Día del
Bombero en Caracas, propuesta que fue aprobada el 7 de julio de
1975.
Anteriormente
se celebraba los 17 de febrero motivado a lo establecido en la III Asamblea del Consejo Superior de Jefes de Bomberos de Venezuela,
en ocasión de conmemorarse el aniversario de la referida instancia.
Entre las
labores de los hombres y mujeres vestidos de azul que son recordados se
encuentra su desenvolvimiento en la tragedia
de Tacoa, estado Vargas, hecho ocurrido el 19 de diciembre de
1982, siniestro que se produjo debido a un incendio en la planta de generación
eléctrica Ricardo
Zuloaga, donde fallecieron policías, bomberos y comunicadores
sociales que cubrían el acontecimiento.
Así también se
rememora la participación activa que tuvieron los bomberos venezolanos en el
terremoto de Caracas, ocurrido el 29 de
julio de 1967, que dejó como saldo 2 mil heridos, 236
muertos y daños materiales de más de 10 millones de dólares estadounidenses.
Este
movimiento telúrico de magnitud 6.5 a 6.7 en la escala de
Richter, afectó mayormente a las zonas del este caraqueño, como Altamira, Los Palos Grandes, así como el Litoral Central.
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